miércoles, 22 de febrero de 2012

Tocando de oído


El cuidacoches de la cuadra de casa es un tipo bastante informado. Se la pasa todo el día escuchando radio. El lunes, en una de nuestras conversaciones, me dijo que hice bien en quedarme en Montevideo. Me dijo “Johnny, la gente esta muy loca” en clara referencia a lo que acontecía en la Pedrera. Según el, aquel balneario era un caos, un campo de batalla dónde miles de jóvenes alcoholizados luchaban entre si, robaban, saqueaban y seguramente las muertes serían inevitables con el devenir de las horas. Todo lo había estado escuchando en la radio.

En las redes sociales, gente (amigos de Facebook y Twitter) desde Montevideo rechazaba lo que sucedía en La Pedrera, o mejor dicho, lo que entendía que sucedía en aquel balneario. Los medios de comunicación estaban todos atentos. Cómo esperando un desastre. La agencia de noticas on line Uy Press titulaba “ENFERMEDAD - Descontrol total en la Pedrera; exhortan no ir al Carnaval” en uno de los titulares más bizarros que he leído en los últimos tiempos. Todos los portales levantaban con entusiasmo las declaraciones de alcaldes y Jefes de Policía que pedían que no llegara más gente, pero que nunca confirmaban caos, saqueos, muertes, desmanes terribles.

Desde la Pedrera, llegaban tweets y actualizaciones de estado contradictorias. Algunos se quejaban de la cantidad de planchas, de que no cabía un alfiler en la zona, de que las colas en almacenes y supermercados eran interminables. Otros decían “explota la Pedre” y cosas por el estilo. Ninguno pedía auxilio porque algún joven alcoholizado lo estaba matando a golpes.

El plato fuerte llegó con los informativos centrales de la TV. Móviles en medio de la calle principal del balneario relatando la muerte de un joven en la mañana del lunes, en la ruta, mientras cientos de caras felices (algunos visiblemente ya mamados) pasaban por atrás de los movileros, tirándoles agua y espuma. Por más que se esforzaban, ninguno de los móviles de los canales de televisión apostados en La Pedrera logró captar uno de los tantos desmanes o tragedias anticipadas. La cereza (o frutilla?) de la torta fue Jorge Traverso (que al parecer acaba de entender como funcionan las redes sociales)  contradiciendo todo lo que acababa de decir y mostrar su movilero y leyendo espantado tweets y actualizaciones de estado de personas que visiblemente tenían ataques de pánico o algo por el estilo.

El punto, mi punto, no es que el Carnaval de la Pedrera si o el Carnaval de la Pedrera no. Es obvio que está desbordado y que más temprano que tarde comenzará a decaer. El punto es, de dónde sacamos la información para crear una opinión sobre cualquier tema. ¿Nos vamos a guiar por las impresiones, 100% subjetivas, de nuestros amigos de las redes sociales? ¿Nos vamos a guiar por lo que repiten como loros los canales de televisión, algunas radios y algunos medios digitales? ¿Son ahora los periodistas nuevos gurús que saben bien qué es lo que va a suceder?

Las redes sociales tienen eso de maravilloso. Todos pueden opinar. Pero las opiniones son, en su amplia mayoría, producto de impresiones, pequeñas fotografías de lo que viven y sobre todo de lo que sienten las personas que las emiten. No hay un trabajo periodístico de fondo, no hay investigaciones serias, ni hipótesis elaboradas. Por lo tanto, hay que tomarlas con pinzas a la hora de usarlas como sustento de nuestra opinión. Lamentablemente, en los medios de comunicación, dónde sí debería haber  trabajo periodístico de fondo, investigaciones serias, hipótesis elaboradas, tampoco las hay. Así que a tener cuidado. A leer mucho.

Nota: El tema “Carnaval de la Pedrera” puede ser fácilmente sustituido por muchos otros diversos tópicos abordados en medios de comunicación masiva y en redes sociales y mi razonamiento seguiría siendo válido (para mí, obvio). Ejemplos: “Aratirí y la minería a cielo abierto”, “Puente sobre la laguna Garzón”, “Irán y su plan de energía nuclear”, “Chávez”, “Suarez y el negro Evra” y puedo seguir todo el día.