lunes, 20 de agosto de 2012

El Tweet del Día

Jaime Roos otro mediocre del FA que recorrio el Pais con Dineros de ANCAP ahora pasa la pelicula del Mundial de Sud África todo a la Psiquis (1).



Así nomás lo digo y no lo digo en casa, entre amigos, no se lo digo a mi vecino en el almacén, ni a mis compañeros de clase. Lo digo en Facebook, para que lo lean mis mil amigos, para que lo comenten, le den “Me Gusta” y si quieren, lo compartan, para que sus amigos también lo vean, y así, que mi opinión no sea escuchada solo por el almacenero o el taxista, que la escuchen todos los cibernautas. Para asegurarme de la masividad de mi opinión, también la voy a twittear. Tal vez la tenga que recortar un poco, porque solo puedo escribir allí poco más de 100 caracteres. Entonces, mis seguidores laretwittearán y la verán cientos de personas, o decenas de miles si tengo la suerte de que alguien como el senador Pedro Bordaberry, que tiene 16.700 seguidoresretwetee mi publicación.

Por suerte mi opinión ataca a Jaime y al Frente Amplio y no ataca a Hugo de León y al Partido Colorado, porque si fuera así, en las redes sociales no tendría tanto impacto. Con suerte, el diputado Sebastián Sabini le daría retweet a mi mensaje y llegaría a sus 1473 seguidores. Es que al Frente Amplio, en su mayoría, todavía le cuesta esto de las redes sociales, muchos siguen sospechando que detrás de los perfiles de Facebook o las cuentas de Twitter no hay ciudadanos, muchos de ellos votantes, sino que hay máquinas del capitalismo. O tal vez, ahora solo estoy suponiendo, realmente no sepan como funcionan las redes sociales y nadie les quiera enseñar (si es así, no se preocupen, yo les explico). De una u otra manera, está perdiendo un terreno demasiado valioso. Y digo perdiendo, porque en este terreno, generalmente el que llega último, pierde.

Pero dejemos a los políticos tranquilos y volvamos a mi fantástica opinión ahora replicada en las redes sociales hasta el infinito. Si muchos adhieren, o si a algún medio de comunicación le sirve lo que dije, tal vez me levantan en un informativo y ahí si, meto un golazo de mitad de cancha, porque no solo llego a los cibernautas (que son medio ñoños) sino que la doña y el don, pasados de cincuenta años (que son los que toman las decisiones en este país) me van a ver en el informativo de la tele y a escuchar en el de la radio y ahí si, mi mensaje sería igualable a una cadena nacional con comentarios al pie, la mayoría de ellos llenos de quejas y demostraciones de apoyo a mis palabras.

¿Cuál es el objetivo final de compartir mi opinión? Seguro que no lo tengo claro, pero la irresponsabilidad me lleva a opinar y opinar sin un objetivo claro. ¿Quiero que Jaime no toque más con dineros del Estado? ¿Quiero que ANCAP deje de financiar música? ¿Quiero que Sudáfrica pase a llamarse Sud África? No importa mucho. Quiero opinar, quiero que mi opinión sea compartida por muchos, radicalizada, agrandada, lo que sea. Quiero jugar a ser uno de esos periodistas, que opinan y opinan en los medios masivos, cuyas opiniones se comparten, se radicalizan, se agrandan. ¿Si alguien que comenta un partido de fútbol en la tele o presenta una noticia en el noticiero puede llamarse periodista, porqué yo no? Y que no vengan a decirme irresponsable por opinar mal de ellos, por pedir que los maten o que los destierren, porque si ellos opinan sobre cualquier cosa sin ninguna responsabilidad, yo también puedo hacerlo. No tendré un micrófono, ni un diario ni una cámara de TV, pero tengo las redes sociales.

La responsabilidad a la hora de opinar no puede fijarse por ley. La ley, tiene que ser el último recurso. El proyecto del senador Bordaberry, que busca entre otras cosas “equiparar la situación de las redes sociales a las de otros medios de comunicación”(2), parece haber sido creado por algún legislador oficialista de esos que no tienen la menor idea de cómo funciona el Twitter y no por el político que mayor provecho le ha sacado a estas herramientas. Porque eso son, herramientas, algunas más simples y otras más complejas, pero totalmente carentes de maldad o bondad. Si queremos darle un uso responsable tenemos que hacerlo desde la posición de cada uno. Todos tenemos que aprender a pensar antes de hablar, o en este caso, antes de escribir. El periodista y el comunicador deben actuar con responsabilidad en sus labores para reclamarle luego a los anónimos en red. Los políticos, deben usar las redes sociales y hacerlo con responsabilidad si quieren que la ciudadanía haga lo mismo y, sobre todo, deben evitar twittear opiniones como la que abre esta columna. 

Sepan disculpar por el abuso de la palabra responsabilidad en estas líneas, pero en todo caso, creo que esa es la palabra clave en toda esta cuestión. 


  
  1. Tweet del diputado de Vamos Uruguay, Juan Ángel Vázquez 01/08/2012
  2. El Observador  “Bordaberry propone ley sobre comunicación en redes sociales”