jueves, 21 de febrero de 2013

Lo que nos une y nos separa - Parte II


2. Organización



En un mundo en el que nos han llamado súperconectados, hiperconetcados, y nos hablan de máquinas que son extensión de nuestros cuerpos (o viceversa) es fácil creer que el rápido avance de la tecnología y su irrupción en nuestras vidas ha generado una especie de caos de la información o al menos un caos de la comunicación. Sin embargo, no parece ser del todo así.

Sabemos que cuando queremos hablar cara a cara con alguien, debemos ir a buscarlo a su casa o a su trabajo y proponerle la charla en cuestión. Sabemos también como prender, usar y apagar la televisión, la radio y la computadora. También sabemos cómo realizar una llamada telefónica, escribir un mensaje de texto o poner nuestro celular en silencio para no perturbar nuestro sueño, por ejemplo. Hemos perfeccionado nuestra habilidad para mirar sin ver la publicidad que nos rodea en la calle (en ese territorio se desarrolla una muy interesante batalla) y también sabemos cómo leer un diario, un libro o una revista.

Si el párrafo anterior es en su mayor parte verdad, entonces podemos decir que sabemos organizar nuestra comunicación de forma más o menos precisa. También sabemos que en los canales de televisión y en las emisoras de radio hay gerentes de programación y en los diarios hay editores. Sabemos que en los medios hay pautas de publicidad, hay productores ejecutivos y productores periodísticos si así lo requiere el contenido. Hay regulaciones que se cumplen en mayor o menor medida sobre los espacios que la publicidad va tomando en las calles y también en algunos medios. Hay bases de datos, con  números de teléfonos, celulares y con direcciones de correo electrónico. En fin, hay muchas personas que se ocupan día a día a organizar la comunicación de otros y por ende, la información a la que acceden.

Todo el tiempo, personas que no conocemos y que no nos conocen están pautando nuestra forma de comunicarnos y nuestro acceso a la información. Reconocer eso es un paso, desde mi punto de vista, básico para entender el mundo y la forma en que se construye realidad. Da un poco (o mucho) de impotencia, pero tranquilos, no es tan terrible cómo parece en una primera instancia.

Saber cómo se organiza la información en nuestro mundo (esto significa entre otras cosas, cómo se clasifica, cómo se accede, cómo se prioriza y cómo se reparte entre muchas otros detalles) es un elemento fundamental para sentirnos menos impotentes y más libres. Lamentablemente, eso no se enseña en la escuela, pero no nos adelantemos, ya vamos a hablar de educación, ahora volvamos a la organización.

Internet ha puesto, sin querer queriendo, más información a nuestro alcance que la que nunca tuvimos en la historia de la humanidad. Cuando digo “nuestro alcance” nótese que el acceso a Internet libre no es aún una práctica generalizada en el mundo, pero si lo es aquí en Uruguay.

Los dos grandes de internet, Google y Facebook, organizan la información de una forma radicalmente distinta a la de los medios tradicionales, pues apuestan a nuestra participación como usuarios para organizar los contenidos a los que accedemos, cosa que no hacen, obviamente, los medios tradicionales de comunicación (y aquí incluyo a la publicidad en vía pública).

Cada vez más, a la hora de buscar información verídica, a la hora de “saber” algo, lo buscamos en internet (lo googleamos) y cada vez menos lo buscamos en los informativos de la tele, en las enciclopedias en tomos o en las páginas de los diarios. Al parecer, la forma en que se organiza la información y por ende, la forma en que se desarrolla la comunicación en internet, nos da mejores resultados.

Mucha gente no sabe, claro está, que existen personas dedicadas especialmente a posicionar mejor un contenido que otro en los buscadores (sobre todo en Google), que existen otras personas que trabajan duro día a día para que una idea entre en tu red social preferida (sobre todo en Facebook) y que, tras el caos aparente de internet, se esconde cierto orden (subrayo la palabra cierto). Ese orden está pautado por una mezcla de decisiones tomadas por
  •       personas que no conocemos y que no nos conocen (aunque tienen cada vez más una imagen de nosotros como usuarios). Programadores, desarrolladores, SEOs, ingenieros, diseñadores además de todas (o casi todas) las figuras que participan en la organización de contenidos e información en los medios tradicionales.
  •    nosotros mismos, nuestros intereses, nuestras fuentes confiables, nuestra ubicación geográfica, nuestro entorno y nuestros gustos y deseos.

La comunicación es más, la información es más, pero nosotros somos los mismos. No estamos preparados y en muchos casos no nos interesa o nos es imposible organizar toda esa información en la forma en que llega a nuestras vidas. Para hacerlo, la respuesta es una vieja conocida que siempre es convocada por políticos, pensadores y ciudadanos de pie en discursos vacíos, pero que raramente se transforma en un hecho: la educación.

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