jueves, 12 de marzo de 2015

Montevideo de cara a las municipales

Por primera vez en mucho tiempo, los votantes del Partido Colorado y del Partido Nacional podrán elegir entre dos candidatos a la Intendencia de Montevideo: Lucía Topolansky o Daniel Martínez.



Por primera vez, los votantes del Frente Amplio también podrán elegir entre dos candidatos a la Intendencia de Montevideo. Sí, hay tres, pero sólo dos con chances reales.

La Concertación parece ser un proyecto fallido. Lo cierto es que el experimento entre blancos y colorados no ha logrado captar la atención de la ciudadanía, por contar con figuras poco conocidas, lejanas y que además parecen muy predispuestas a cometer errores.

Hace tiempo que contamos con que la Concertación no funcionaría, pero el alejamiento de Ney Castillo, la barrida de Gandini y la elección del tercer candidato han hecho las cosas mucho más complicadas. Hoy, es difícil que esta nueva propuesta supere en votos a la suma de blancos y colorados en las elecciones departamentales pasadas (cuando alcanzaron un 38%).

Por lo tanto, cada vez más, los montevideanos de todos los partidos políticos se plantean la disyuntiva de elegir entre dos candidatos que tienen el mismo programa de gobierno, pero son dueños de dos perfiles muy distintos.

Esta posibilidad de elegir, por primera vez, entre dos (en realidad tres) candidatos frenteamplistas a la Intendencia de Montevideo se le debe, en gran parte, a los más de 120 mil montevideanos que decidieron cinco años atrás votar en blanco o anulado.

Esa luz roja fue la que convenció a los sectores que llevaron a Ana Olivera a ser candidata única, la convirtieron en intendenta y luego le fueron retirando los apoyos al punto de que sea inimaginable que Olivera se presentara a la reelección, a decidir que la candidatura múltiple es la mejor opción.

Ahora resulta -y este es un giro en la trama que muchos no nos esperábamos- que Olivera ha realizado una muy buena gestión, ampliamente superior a la de su antecesor, Ricardo Ehrlich (MPP). De todas maneras, la forma en la que llegó al poder, la condena a tener ahora que resignarlo, y seguir su camino una vez más en la dirección del MIDES, dónde ya realizó un muy buen trabajo.

Gracias Ana, por todo lo que nos diste. Fue realmente mucho más de lo que yo esperaba. El tiempo, que suele ser mucho más justo que cualquier fuerza política, te pondrá en el lugar que mereces.

Ahora, a dos meses de las elecciones, y gracias al trabajo (o la falta del mismo) de todos los partidos políticos, los montevideanos tenemos que elegir entre dos alternativas: Lucía, que hasta hace poco no quería ser intendenta; y Daniel, que desde hace demasiado que quiere ser intendente.

Las alianzas, detrás de estos dos candidatos, son interesantes. No se trata de una simple división en dos del Frente Amplio. Lucía parece cada vez más condicionar su éxito a la figura de Mujica. Daniel tiene el apoyo de figuras con fuerte llegada entre los montevideanos como Danilo Astori, Constanza Moreira o Mariano Arana.

La carrera está comenzando y será, por mucho, la más interesante y reñida que viviremos los montevideanos desde el retorno de la democracia. Mientras tanto, en el Interior del país, pueden pasar cosas aún más interesantes.

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